2 jun 2009

BBVA flexibiliza las relaciones laborales


Después de la reunión del G20 en Londres millones de personas respiraban esperanzadas “ya ha empezado el cambio”, se acabaron las ambiciones desmedidas de listillos y depredadores, a partir de ahora la balanza de la justicia social volverá al equilibrio. Se congelan las ambiciones “vamos a regular el despilfarro y la especulación” palabras de necesidad política para recuperar la confianza perdida de los ciudadanos en el sistema, fue como si se sintiera un alivio planetario.

Nada más alejado de los primeros discursos de intenciones y los verdaderos propósitos de quienes manejan los hilos de la macro-economía mundial.

Para unos cuantos millones de personas trabajadoras la palabra jubilación, empieza a dar miedo. Estamos alimentando la sociedad de los descreídos endémicos, crece el grupo de los desconfiados, cansados de promesas y palabras cargadas de propósitos pero vacías de voluntad.

Algunos llevamos trabajando media vida, otros (desde la niñez) a existencia completa y otros apenas transitan por el mundo laboral, a tiempo parcial, sin llegar a saber lo que es tener trabajo fijo.

La patronal considera prioritario abaratar el despido (eterna petición) para reducir la cola del paro y absolutamente necesario paliar la destrucción de empleo aprobando la indemnización reducida a 20 días por año trabajado. Otra petición es alargar la vida laboral, y los años de cotización, más allá de lo razonable y de manera lineal.

Cotizar más, trabajar más años para tener derecho a cobrar la pensión y de paso asegurar el futuro de las mismas, siempre mostrando la quiebra de la caja de la seguridad social, como punta de lanza para abordar recortes y derechos de los cotizantes.

Esto si antes no has fallecido en activo, todo un detalle de solidaridad para quienes sobrevivan a una larga vida de trabajo que podrán disfrutar de los dividendos de tu esfuerzo solidario.

Claro que las exigencias no son iguales para todos los trabajadores, existen (aparte de los políticos) sectores privilegiados.

Aquí una muestra;

El plan de bajas voluntarias que el BBVA planea ofrecer a sus trabajadores maquillado como medidas de “conciliación laboral y familiar".

Entre otras, los empleados de más de 33 años y con al menos ocho de antigüedad en el banco podrán solicitar a partir de ahora bajas temporales de hasta cinco años.

- Posibilidad de disponer de un periodo de de 3 a 5 años para proyectos personales o profesionales, con el retorno automático garantizado.
Los trabajadores que se acojan a esta propuesta conservarán el 30 por ciento de la retribución con un mínimo de 12.000 euros anuales, siempre y cuando esta cantidad no supere el 40 ciento de la retribución básica más 3.600 euros por ayuda sanitaria, el trabajador podrá acometer sus proyectos, tendrá garantizado el retorno a la empresa y seguirá percibiendo una compensación.

- Reducción de jornada, con varias posibilidades: trabajar cinco días a la semana durante cinco horas, o hacer una semana reducida de cuatro días. La reducción de la retribución será proporcional a la reducción de jornada.

- Situaciones especiales que contemplan licencias especiales para asuntos personales, como cuidado de hijos o familiares, o cursar estudios de postgrado. En caso de estudios se establece una retribución de 6.000 euros al año y para beneficiarse de esta medida el trabajador deberá contar con una antigüedad de tres años y podrá ausentarse hasta dos ejercicios.

- En el caso de las licencias familiares, no serán retribuidas y se exigirá una antigüedad superior al año.

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se mostró contrario a la decisión del BBVA y tachó de «incompatible» que, por una parte, el sector financiero abogue por alargar más allá de los 65 años la edad laboral «para garantizar las pensiones» y, por la otra, «se promuevan prejubilaciones aunque sean incentivadas y acordadas».

BBVA, una entidad que obtuvo un beneficio neto de 1.238 millones de euros en el primer trimestre del año.

Un 36,6% menos que en igual periodo de 2008 si se incluyen las plusvalías de 509 millones que generó la venta de la participación en Bradesco en igual periodo de 2008, excluyendo dichas plusvalías, el beneficio recurrente del banco cayó un 14,2% en comparación con el primer trimestre del año pasado.


No estaría de más conocer todos los detalles sobre esta propuesta, cuando se pide a voces desde las alturas una reestructuración del número oficinas y en consecuencia, de las plantillas, es una maniobra un tanto sospechosa.

Después de todo, podríamos pensar que la crisis no es tan mala, cuando desemboca en este tipo de “saneamiento” laboral.

“No hace falta que venga a trabajar y no se preocupe de pasar a cobrar, le ingresamos la nomina en su cuenta”.

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