27 dic 2013

España tiene uno de los salarios mínimos más bajos de la UE

"...los salarios se regían por la ley de la oferta y la demanda: si había mucha gente que necesitaba trabajo los patrones rebajaban los sueldos y hasta despedían a los que estaban trabajando para tomar niños y pagarles menos." 


El Gobierno del PP (Partido Popular) congela el salario mínimo para 2014 en 645,30 euros al mes, uno de los más bajos de la UE. Es la segunda vez que el Ejecutivo del PP toma esta decisión tras la congelación de 2012. Desde 2007 el SMI ha perdido 5,5 puntos de poder adquisitivo.

La secretaria de Política Económica y Empleo del PSOE, Inmaculada Rodríguez-Piñero, ha denunciado que con la congelación del SMI "el Gobierno nos conduce a un modelo en el que tener trabajo ya no te garantiza salir de la pobreza", ya que "España tiene un salario mínimo muy bajo en relación a su peso económico, en comparación con otros países europeos". En un comunicado, la dirigente socialista, que puso como ejemplo a Francia o Reino Unido, países donde el salario mínimo duplica al de España, señaló que "el Gobierno obliga de nuevo a que asuman el ajuste los que peor lo están pasando", y recordó que "los hogares de más de una persona que reciben el salario mínimo están ya por debajo del umbral de pobreza". Rodríguez-Piñero ha advertido de que "el recorte salarial se está produciendo de forma muy dispar en España: mientras que los estratos mejor pagados han sufrido ajustes reales mínimos, y en algunos casos incluso subidas, los más bajos han concentrado las mayores pérdidas de poder adquisitivo, de hasta el 17%" según algunos estudios.




La revolución industrial

La revolución industrial Hasta fines del siglo XVIII, la economía europea se había basado casi exclusivamente en la agricultura y el comercio. Lo que hoy llamamos productos industriales eran por entonces artesanías como por ejemplo los tejidos, que se fabricaban en casa particulares: el comerciante entregaba la lana a una familia y ésta la hilaba, la tejía y le devolvía a su patrón el producto terminado. Esta forma de producción se modificó notablemente entre fines del siglo XVIII y mediados del XIX. El país en el que comenzaron los cambios fue en Inglaterra. Allí se daban una serie de condiciones que hicieron posible que en un período relativamente corto, se transformara en una nación industrial.

· Tenía importantes yacimientos de Carbón ,el combustible más usado en la época, y de hierro, la materia prima con la que se hacían las máquinas, los barcos y los ferrocarriles.
· La burguesía inglesa había acumulado grandes capitales a partir de su expansión colonial y comercial.
· Las ideas liberales (ver recuadro) muy difundidas en Inglaterra favorecían la iniciativa privada, con la garantía de un parlamento que representaba también los intereses de esta burguesía industrial y comercial.
· La marina mercante inglesa era una de las más importantes del mundo, lo que les garantizaba a los productores una excelente red de distribución a nivel mundial.

Una anécdota con consecuencias
Una tarde de 1776 al escocés James Watt, un mecánico de la Universidad de Glasgow, mientras preparaba su té como todos los días, se le ocurrió tapar el pico de la pava y notó que saltaba la tapa. Sin proponérselo había descubierto la fuerza del vapor. Watt no se quedó tranquilo mirando su pava, comenzó a experimentar y logró desarrollar el primer motor a vapor que pronto pudo ser aplicado a la industria. Hasta ese momento se usaban molinos de agua para mover los engranajes de las maquinarias, lo que determinaba que las fábricas sólo podían instalarse a las orillas de los ríos caudalosos que no siempre quedaban cerca de los centros de distribución y consumo. A partir de la aplicación del vapor las fábricas comenzaron a instalarse en las grandes ciudades como Londres o Liverpool. Comenzaba la revolución industrial.




Ocupados y Desocupados
Las ciudades comenzaron a llenarse de establecimientos industriales y estas fábricas demandaban cada vez más mano de obra. Muchos campesinos comenzaron a trasladarse hacia los centros urbanos en busca de trabajo. Los campesinos tenían muchos hijos, porque en el campo significaban más brazos para trabajar, pero en las ciudades las familias numerosas se veían en serias dificultades porque siempre la cantidad de puestos de trabajo era menor a la cantidad de gente que lo necesitaba. La gente no paraba de llegar y esto empeoraba las cosas, porque los salarios se regían por la ley de la oferta y la demanda: si había mucha gente que necesitaba trabajo los patrones rebajaban los sueldos y hasta despedían a los que estaban trabajando para tomar niños y pagarles menos.

El capitalismo industrial
El maquinismo exigió una importante inversión de capitales. Hasta ese momento la burguesía lo destinaba a los bancos y al comercio, pero notó el importante negocio que significaba producir a bajo costo y en grandes cantidades. Así nació la burguesía industrial, los dueños de las grandes fábricas, que pondrán fin a los pequeños talleres artesanales. A los artesanos, que trabajaban por su cuenta, no les quedará otra opción que trabajar para estas fábricas y cerrar sus talleres. A este sistema se lo llamó capitalismo industrial porque la industria será el nuevo centro de producción del capital al que estarán lógicamente asociados la banca, financiando la producción y las ventas, y el comercio. La revolución industrial determinará entonces la aparición de dos nuevas clases sociales la burguesía industrial (los dueños de las fábricas) y el proletariado industrial (los trabajadores). Se los llamaba proletarios porque su única propiedad eran sus hijos o sea su prole.





Los avances técnicos
La revolución industrial le permitió a Inglaterra transformarse rápidamente en una gran potencia. El invento del ferrocarril agilizó los traslados y abarató los productos, a la vez que acercó a las regiones mejorando la circulación y las comunicaciones. Era muy difícil competir con los productos ingleses. Por ejemplo, en 1810, cuando después de la revolución de Mayo Buenos Aires se abrió al comercio libre con Inglaterra, un poncho inglés costaba 10 veces menos que uno de Catamarca. Pero Gran Bretaña no sólo exportaba productos textiles, también exportaba maquinarias, capitales y técnicos para la construcción de ferrocarriles. Los paises contratantes quedaban de por vida dependiendo de Inglaterra, por las deudas contraídas y por las necesidades técnicas y de repuestos que sólo proveían las empresas constructoras.

Los conflictos sociales 
Con la revolución industrial también crecen los conflictos sociales. A muchos capitalistas no les importaba que sus trabajadores, a veces niños de siete años, trabajaran 12 o 14 horas por día en condiciones insalubres con graves riesgos físicos. Su única preocupación era aumentar la producción al menor costo posible, es decir pagando el salario más bajo que se pudiera, aprovechándose de la gran cantidad de desocupados que había. Esta situación de injusticia llevó a la aparición de los primeros sindicatos de trabajadores y las primeras huelgas en demandas de aumentos de sueldo y mejoras en las condiciones de trabajo. La unión de los trabajadores posibilitó la sanción de las primeras leyes protectoras de sus derechos y el mejoramiento de su calidad de vida. 

Autor: Felipe Pigna.  Fuente

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