21 feb 2011

¿Puede el hambre cambiar el mundo?


El sistema más utilizado en el mundo para medir unidades en el comercio y en la ciencia, cuenta con siete unidades básicas: metro, kilogramo, segundo, amperio, kelvin, mol y candela.

En principio, estas unidades utilizadas para expresar las magnitudes físicas definidas como básicas, a partir de las cuales se determinan las demás, deberían permanecer inalteradas con el tiempo, algo que no ocurre con el kilo al tener como referencia un objeto.

Según parece, la única forma de resolver la incógnita consistiría en abrir las tres cubiertas de cristal y pesar el cilindro de platino e iridio que, desde hace más de 130 años, se guarda en la localidad francesa de Sèvres.

El objeto es una pieza de platino iridio fabricada en Londres en 1879 y guardada en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas de París desde 1898, bajo tres llaves todas ellas necesarias para liberar el preciado objeto, que en en los últimos 100 años, ha variado en aproximadamente 50 microgramos, el peso de un grano de arena de 0,4 milímetros.

En otras palabras, el nuevo kilo pesará 50 microgramos menos.




En su carta al Conde de Barajas, donde se reserva a los corregidores y a los señores de vasallos un importante papel, Felipe II menciona dos de los medios a que se recurrió para evitar la escasez y la carestía del pan. De un lado, cita los pósítos locales, en los que se almacenaba grano de un año a otro y que también disponían de rentas para su compra. De otro, señala la posibilidad de importar cereal, aludiendo a que ya ha escrito a Sicilia, verdadero granero del Mediterráneo que suministró el llamado "pan del mar" a muchos puntos de la Monarquía. También se importaba el grano que, procedente de las llanuras al este del Elba, salía al Atlántico por los pasos del Sund.
Otro medio con el que se pretendía garantizar el abasto y prevenir la carestía era la tasa del pan. La tasa era el precio máximo al que, por real pragmática, se podía vender un producto y se imponía para garantizar el abastecimiento de las ciudades, donde los motines de subsistencias no tardaban en estallar.

La crisis y sus consecuencias.

Se estima que sólo en cereales el mundo puede proveer 3.500 calorías por persona y, considerando otros alimentos como verduras, legumbres, frutas, pescado y carnes, casi 2 kilos de comida por persona al día. La actual ralentización de la economía mundial, que sigue a la crisis de los alimentos y los combustibles y coincide en parte con ella, está en el centro del fuerte aumento del hambre en el mundo

Los 'motines del hambre'

El incesante incremento de los precios de los artículos de primera necesidad y del petróleo ha acentuado aún más si cabe la precaria situación socioeconómica,se han reducido los ingresos y las posibilidades de empleo de los empobrecidos y ha disminuido considerablemente su acceso a los alimentos. Las revueltas populares en el mundo árabe son sólo una chispa de la llama de protestas que se puede extender por el mundo

Los aumentos de precios en las materias primas y de los cereales continúan su incesante escalada.

6 comentarios:

  1. Recuerdo en los ochenta que el kilo de pan pesaba ochocientos gramos, de todas formas algo va mal, ahora todos se quejan que el aceite de oliva está barato, ¿y la ley de la oferta y la demanda? si está barato venderán más, ergo también ganrán más, pero no, la solución es acaparar producto para subir el precio.
    Un abrazo

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  2. Hace años leí que se había establecido, como experimento, un sistema para medir los salarios de distintos países: la hamburguesa Mac´Donal, no recuerdo cuál de ellas, valorada en tiempo de trabajo. En algunos países la hamburguesa costaba siete minutos de trabajo y en otros tres horas, y ello considerando el precio local de la hamburguesa.
    Es un ejemplo de la relatividad de los precios.

    Un abrazo

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  3. Luego las consecuencias las sufren siempre los mismos. Un abrazo.

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  4. Esto de la subida de los precios afecta siempre a quien afecta ¡Quien no lo puede pagar!.Un beso.

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  5. Hola a tod@s.

    José Antonio, la especulación está por encima de todo. Hasta hace por aquí han vendido mandarinas al mismo precio de temporada cuando de tanto tiempo que llevaban guardadas estaban para tirar.

    Javir,lo que no sabemos es si el estudio se hace con una hamburgesa de pollo o de ternera. Dependiendo el país la carne de pollo es más cara que la de ternera.

    Miquel,y luego dicen que andan preocuados porque baja el consumo de pan... no te digo y de muchas cosas, que los salarios cada vez son más bajos comparando los precios.

    Sheol, así es y mira que no hay manera que la cosa cambie; los ricos más ricos y los pobres más pobres.

    Teresa,hay alimentos imprescindibles, de primera necesidad, y ellos lo saben por eso..."el que quiera que lo pague".

    Gracias a todo@s por venir. Un abrazo

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