La insistencia a que utilicemos los servicios de transporte públicos no son favorables en cuanto a; calidad de servicio y cantidad de medios.
Después de ver como el reloj de paso del metro se reinicia una y otra vez, el sábado disfrutamos de un; “confortable” viaje en metro acompañados de tres grandes perros
Su dueño los llevaba con toda la tranquilidad sabiendo que la vigilancia es nula, el aspecto descuidado y de falta de higiene de los animales y su acompañante hizo el trayecto interminable.
Cada día estoy más convencido de que el excesivo precio es consecuencia de la incapacidad para hacer pagar a todos los incívicos caraduras que se cuelan.
Al salir en la estación de Drassanes otra dueña acompañada de su perro le dejaba corretear hacia la salida, otro grupo saltaba en ese momento las barreras de entrada.
En los altavoces anunciaban que había cámaras en la estación para nuestra seguridad, suena a broma, no quiero imaginar a los que controlan las cámaras que solo están para ver cometer las infracciones en un monitor.
Continuamente tenemos muestras de la falta de vigilancia y control de las normas de nuestra ciudad y esto produce una reacción de impunidad continua.
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