La banca argumenta, “conceder crédito sería una irresponsabilidad, en tiempos de crisis las peticiones de crédito son generalmente menos solventes”.
El Gobierno ha acudido en su ayuda, de esta forma facilita liquidez a la banca, pero a la vez que ésta no está llegando a las familias y pymes. Bueno, en realidad llega una parte pero con condiciones desproporcionadas y abusivas.
Cierto que los banqueros no se han de comportar como hermanitas de la caridad, lo único que se pide es que bajen del pedestal y arrimen un poco el hombro como el resto de sufridores ciudadanos.
La restricción crediticia atenaza a las pequeñas y medianas empresas, las propias pymes dicen que se les deniegan la mayoría de los créditos que solicitan y que, en los casos en que se conceden, el tipo de interés y las garantías solicitadas son mucho mayores que antes de la crisis.
Los costes y las condiciones para acceder a la financiación se han endurecido considerablemente.
La banca ha incrementado las comisiones al 84%, frente al 51% de hace un mes. Además, ha acortado el plazo de devolución de los préstamos al 26%, frente al 20% de enero.
En la misma línea, el porcentaje de pymes a las que las entidades financieras piden más garantías para conceder el crédito ha pasado del 61% al 84%. Por si fuera poco, el 78% sostiene que la banca tarda más que antes en contestar a su petición de financiación, frente al 65% de hace cuatro semanas.
Los bancos salvaguardan sus pertenencias y venden los salvavidas a precio de yate de lujo.
El vicepresidente Pedro Solbes admite que hay entidades frágiles. "Hay que estar preparados para una intervención" del Estado en la banca.
Tras años de alabanzas al libre mercado es sorprendente ver lo que está ocurriendo con el sector financiero y el intervencionismo del Estado, (sin olvidar que la ayuda proviene de los fondos de todos los ciudadanos) hasta la todopoderosa y autosuficiente gran banca española ve ahora inevitable un papel activo del sector público para salvar a las entidades con problemas.
Mientras el presidente del BBVA defiende, "la intervención del Estado y el saneamiento por parte del Fondo de Garantía de Depósitos, seguida de la vuelta al sector privado de la entidad ya saneada", para salvar entidades financieras con problemas.
El vicepresidente Pedro Solbes declara, “hay que despejar todas las dudas sobre la solvencia de las entidades financieras", reconocer pérdidas y sanear los balances "con apoyo público si es necesario".
En pocas palabras pasamos el dinero de nuestro bolsillo (papa Estado) a las entidades financieras para que ellas nos lo presten para salir de la crisis con intereses, que por otra parte irán a engordar sus beneficios.
Si tienes una tarjeta de debito o crédito, es posible que tu banco o caja haya subido el importe anual.
Comprueba las comisiones que te cobran (la más curiosa es la de mantenimiento, debe ser como la ITV obligatoria) seguramente más de uno se llevara una desagradable sorpresa.
Por la mayoría de cuentas a la vista abonan menos de un 1% de interés anual.
Si todos nos propusiéramos retirar el dinero de los bancos, nosotros perderíamos unos míseros euros de rendimiento anual, pero a las entidades financieras les entraría el pánico empezarían a considerar que trabajan con personas y no simples números que manejan a su antojo para engordar su cuenta de resultados.
Los principales bancos que reciben liquidez del fondo estatal
Bancaja, La Caixa, Caja Madrid, Caja de Ahorros del Mediterráneo, Banesto, Sabadell y Bankinter se quedaron el 46% del dinero del Fondo de Adquisición de Activos Financieros que ha repartido el Gobierno, un total de 19.341 millones de euros, según los datos facilitados por el Ministerio de Economía y Hacienda.
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